El anteproyecto de Ley del Aborto ha abierto un verdadero campo de
debates entre las instituciones: PP y PSOE, Iglesia, Conferencia
Episcopal Española (CEE) y los borbones, que entre abdicación y nuevo
rey, se descubre que hasta la princesa Letizia Ortiz había abortado.
Es que el debate sobre el aborto no es sólo un campo de batalla sobre
el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos: es también una batalla en
la que se juega el destino de las mujeres en el conjunto de la sociedad,
es una pelea constante para domesticarlas bajo el yugo del "natural
instinto maternal" y del círculo doméstico; aunque en tiempos de crisis
bajo condiciones de pobreza y precariedad. Ya lo dijo el intransigente Ministro Gallardón: "La libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres”.
Es un debate también sobre la vida y la muerte... de las mujeres. El
incienso de las catedrales desparrama las estridentes voces de los
prelados, como José Ignacio Munilla quien prevé un " holocausto silencioso" protagonizado por esas mujeres pecadoras que abortan provocando una "masacre de inocentes". Y en honor a "la vida" piden a sus fieles que cambien la foto en el perfil de Facebook
por una ecografía del vientre materno. Sin embargo, bajo esta impronta
inquisidora, las redes acabarían con decenas de miles de fotos de
mujeres muertas en abortos clandestinos.
Mientras, el ya
decadente PSOE defiende el derecho al aborto casi como una auto
conquista exclusiva y fruto de los "avances" del también decadente
"Estado de Bienestar"; olvidando el "malestar" de los históricos
recortes de Zapatero, reformas laborales mediante y grandes derechos
recortados a la mayoría de las mujeres, las pobres y trabajadoras.
Este 8 de marzo Pan y Rosas fue invitada por la Universidad de Barcelona al acto central para debatir sobre la Ley del Aborto del PP (Ver ponencia), en una mesa con destacadas mujeres universitarias compuesta por Vitòria Camps (UAB) y Neus Roca
(UB). Expusimos que todos los colectivos de mujeres y activistas
feministas acordamos en que la ley de PP nos hace retroceder a más de 30
años. Pero los debates surgen en el cómo y con qué estrategias luchar
para conquistar este derecho. Porque en definitiva, luchar por el
derecho al aborto libre y gratuito es parte de la lucha por la
“emancipación de las mujeres” de un sistema patriarcal bajo el
capitalismo.
El Patriarcado desciende de los cielos y resucita entre la CEE y el PP
El intransigente Gallardón se encuentra hoy criticado por dos sectores
dentro de sus propias filas. Por un lado, una minoría dentro del PP en
contra de la nueva Ley, expresada a través de la vicepresidenta de la
Mesa del Congreso, Celia Villalobos, quien pidió al presidente de su
partido libertad para votar en conciencia. También otros 'barones'
autonómicos de Valencia, Extremadura y Castilla y León criticaron a la
Ley como "más restrictiva" que la de 1985. Y por otro lado, la CEE que
es la que marca los pasos al Ministro, junto a las Asociaciones Pro-Vida o Derech o a Vivir que defienden prohibir el aborto en todos los casos; ya sea violación y peligro de vida para la madre.
Estos debates son expresión de las tensiones propias de un PP que
contiene en sus entrañas a los sectores de la ultraderecha más rancia;
además de su eterna alianza con la CEE. Según Gil Tamayo,
actual secretario de la CEE, el debate sobre el derecho al aborto está
siendo utilizado como "un arma arrojadiza de controversia electoral",
por lo que "la cuestión de la malformación del feto no debe ser negociable en el ámbito parlamentario". Retumban también las voces de arzobispos como el de Oviedo, Jesús Sanz: “Me sorprende enormemente que este gobierno conservador aún no haya modificado la ley del aborto”. Y otras frases lapidarias como “La batalla contra el aborto y por la vida será larga, seguramente como la que pretendía abolir la esclavitud", del siempre presente Juan Antonio Reig Plan,
prelado de Alcalá de Henares famoso por sus repetidas condenas a la
homosexualidad. Las contradicciones del PP no cesan y Gallardón anuncia
todos los días algo nuevo respecto a cómo quedará su Ley siendo incluso
un misterio para el propio PP su final. Además de que no participó del
polémico seminario antiabortista planeado en el Congreso de los
Diputados e impulsado por Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la
Familia (lamarea.com)
Existen otras controversias en la propia Iglesia a través de un debate
de siglos que se reproduce hasta la actualidad: ¿es necesario o no nacer
para ser una persona? (Andrea D'Atri, 13/06/2013). Más retrógrado que los teólogos de la Edad Media, José Ignacio Munilla proclama apasionadamente: “¡No los matéis! Dádselos a quienes les aman y están dispuestos a dar su vida por ellos”. Si
San Agustín y Santo Tomás de Aquino levantaran la cabeza le hablarían
de la "hominización tardía" o la animación del feto a partir de los tres
meses del embarazo, y de que no hay vida humana, sino solo vegetativa
primero y animal después; lo cual evidencia que las posiciones de la
Iglesia varían según las necesidades e intereses de la propia
institución. También los "aportes científicos" del último informe del Comité de Bioética de España plantean: "permitir
el aborto durante las primeras 14 semanas de gestación, sin alegar
causa que lo justifique, supone una desprotección absoluta del ser
humano. Dicha desprotección, además, se produciría durante una etapa
extensa de su desarrollo, que incluye todo el período embrionario y una
parte sustancial del período fetal". La cosmovisión de estos
“científicos” está profundamente impregnada de los intereses
patriarcales y capitalistas; cuestión ya harto denunciado por las
investigadoras feministas.
La prohibición del aborto es incompatible con la vida... de las mujeres
El punto en cuestión hoy es el de la malformación fetal (Ver declaración Pan y Rosas, 06/2014).
Para no asustar a los santos prelados Gallardón no quiere hablar del
"supuesto de aborto por malformación fetal" porque significaría una
discriminación a tales fetos, incluso si estos son incompatibles con la
vida. Por ello propone una fórmula en la que el aborto se practique no
porque el feto sufra una enfermedad, sino porque la madre va a sufrir
daño por ello. Incluso está planteando que el síndrome de Down quedaría
fuera de un hipotético nuevo supuesto de "malformación fetal", al ser
una "discapacidad".
Lo dramático es que todo esto no se limita a
simples debates entre católicos o científicos. Las mujeres que abortan
sufren el acoso y la persecución de los Pro-Vida que les gritan
"asesinas" en las puertas de los hospitales. El nuevo anteproyecto de
ley acabará en un retroceso tal que el agua bendita de las Iglesias será
la sangre derramada de las mujeres que morirán en abortos clandestinos,
sobre todo para aquellas que no pueden "viajar a Londres". Según datos
del 2012, el Estado español registra 112.000 interrupciones voluntarias
del embarazo al año. El 90% se realiza en las primeras 12 semanas de
embarazo; porcentaje estable de los últimos 30 años. Los casos de
abortos por malformación del feto son apenas el 3% del total; unos 3.500
al año, de los que poco más de 300 son casos de anomalías incompatibles
con la vida (El País, 06/2014).
Es decir que estamos hablando de la prohibición a la inmensa mayoría de
mujeres que deciden interrumpir el embarazo, casi todas por causas
ajenas a la malformación del feto o peligro de sus vidas.
Las políticas de des-igualdad del PSOE hacia las mujeres
La Ley del Aborto del 2010 bajo el Gobierno del PSOE intentaba
diferenciarse del discurso del PP sobre "la vida". Lo que determina o no
a un ser vivo no es un "impulso interno de vivir", sino las condiciones
económicas y políticas para que esa "vida" pueda ser posible y viable. A
partir de aquí todo su discurso se basó en proyectos de "leyes de
igualdad" como la ley de dependencia, la ley igualitaria en permisos por
maternidad o la ley integral contra la violencia estructural de género
desde ministerios como el de Sanidad, Igualdad o Trabajo.
Pero
fue sólo eso, un discurso. Bajo el Gobierno del PSOE ninguna de estas
medidas saldaron la gran desigualdad que sufrían las mujeres. Nada se
puede esperar de estos partidos patronales que, pioneros en las leyes de
reforma laboral y de pensión, fueron atacando una a una las conquistas
del conjunto de la clase trabajadora. El número de parados y paradas
había sobrepasado ya índices históricos. Y entre las "nuevas leyes", la
Ley 2/2009 de Extranjería respecto a las denuncias de violencia machista
determinaba que si una mujer inmigrante en situación irregular era
víctima de malos tratos y acudía a interponer una denuncia, la Ley
colocaba un expediente de expulsión por ser extranjera irregular.
Además, bajo el gobierno de Zapatero, la precariedad laboral femenina
aumentaba: el promedio de mujeres con contratos temporales y a tiempo
parcial superaba tres veces más al de los hombres, y por tanto la
diferencia salarial también. Ya desde entonces las mujeres cobraban un
promedio de un 26% menos que los hombres (Cynthia Lub, 03/2010).
Hoy la portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez rechaza la
reforma del PP diciendo que: "Sólo me interesa el derecho de las mujeres
en libertad y con todas las garantías sanitarias el derecho al aborto".
Sin embargo aún en la Ley del 2010 el aborto continuó estando en el
código penal: una ambigüedad legal bastante cuestionada por el
movimiento feminista. Pero peor aún es que "las condiciones sociales y
políticas" necesarias para apoyar "el impulso a la vida" bajo el
Gobierno del PSOE también se fueron deteriorando y recortando para la
mayoría de las mujeres.
En cuanto a "alianzas celestiales", la
del PSOE con la Iglesia también estuvo sellada no sólo por permitir que
penetre en la vida política, sino también por las grandes cantidades de
dinero que la misma recibió bajo su mandato.
La vida terrenal de los santos evangelios: 158,4 millones de euros anuales para la Iglesia católica
El plan diseñado en el 2013 calculaba que el Estado debía entregar
—como adelanto para el 2014— mensualmente a la Iglesia Católica 13,27
millones de euros durante 2014, lo que equivale a 158,4 millones de
euros anuales. Esto como anticipo del dinero que previsiblemente le
entregarán los contribuyentes que marquen la casilla de la Iglesia del
IRPF por la que otorgan el 0,7 por ciento a la institución; la misma
cantidad entregada en 2012 y 2013. Se trata de una Ley que determina una
liquidación provisional todos los años, que luego se regularizaría y en
el caso de que la Iglesia recibiera más dinero del que le han concedido
los contribuyentes, deberá devolvérselo al Estado y viceversa.
Pero esto no comienza con el gobierno del PP. Ya desde las cuentas de
2007 el Gobierno del PSOE fijó que, desde el 1 de enero de ese año y
"con carácter indefinido" y en desarrollo del Acuerdo entre el Estado
Español y la Santa Sede sobre Asuntos Económicos (que data de 1979), el
Estado destinaría al sostenimiento de la Iglesia Católica el 0,7 % de la
cuota íntegra del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
(IRPF) de los contribuyentes que manifiesten su voluntad en tal sentido (Público.es).
El debate sobre la conciliación y la utopía de "Libertad" e "Igualdad" del PP y PSOE
Otro tema que se reabre es el de la conciliación. La respuesta que le
da el PP, ya planteada por Aznar, es la "corresponsabilidad" de los
hombres en las tareas domésticas y de cuidado. Como siempre, que sea el
capitalismo el que se ahorre esa gran fábrica masiva e invisible de
trabajos domésticos. En esta "armonía" entre trabajo y vida personal en
el terreno privado, para Gil Tamayo el papel de la mujer como madre es
"insustituible". Según el sacerdote, la mejor forma de ayudar a las
mujeres es crear un contexto social en el que ellas no se vean obligadas
a "optar por la muerte de un hijo". Pero Gallardón abstrae el "contexto
social" y plantea que el aborto no es un derecho y de que lo que se
trata es de garantizar la libertad de las mujeres a ser madres: "Yo
hablo de una libertad para la mujer (...) una libertad que signifique
que no tenga que decidir en función de intereses económicos, sino en
función de su propia libertad de elección." (El País)
El PSOE adopta un discurso contrario, planteando que hay que garantizar
las condiciones económicas y sociales para lograr la igualdad entre
hombres y mujeres. Su fórmula es "Conciliación más Igualdad" a través de
leyes de Igualdad bajo un Estado de Bienestar que garantice las
condiciones necesarias para que las mujeres decidan o no ser madres.
Pero los discursos de "libertad" e "igualdad" acaban cuando comienza la
realidad de la precariedad laboral de las mujeres, los recortes en la
sanidad llena de "protocolos" para las embarazadas, cierres de
hospitales, la paralización de la Ley de Autonomía personal y los
recortes en la Ley de Dependencia como el copago en las prestaciones
farmacéuticas y ortoprotésicas o en el cierre de centros de atención
diurna, ocupacionales y residencias. Además de las restricciones a las
personas que desean tener hijos por fuera de ser una pareja heterosexual
—Ley de Reproducción Asistida— es decir lesbianas o mujeres y hombres
solteros. Se obliga a ser madre a quien no quiere y se impide a quien sí
lo desea por no hacerlo según los cánones hétero-normativos. Todo este
retroceso histórico, se refleja hoy en una prohibición que, de
cumplirse, también será histórica: la prohibición del derecho a decidir
sobre nuestros cuerpos.
El Estado español: puerta de entrada para la prohibición del aborto en Europa
Hoy el Vaticano con su Papa reluciente tiene el gran desafío de
controlar Europa. Mientras, en los países de América Latina el aborto
está prohibido o penalizado. Hasta en países con gobiernos que se dicen
“progresistas” e incluso llamados “socialistas”, como en Bolivia o en
Venezuela. En los años '70 distintos países de Europa fueron, año tras
año, legalizando el aborto, hasta llegar a 1979 en Italia. En el Estado
español recién en el año 85′ empezaron los primeros cambios. El hecho de
que hoy sea pionero en el intento de prohibición tiene que ver con las
profundas continuidades de este Régimen con la Dictadura, tal como lo
muestra tener de jefe de Estado al heredero del heredero de Franco y el
enorme peso de la Iglesia Católica.
Hay feministas que plantean
que si se retrocede en el Estado español podrían abrirse puertas para
un retroceso en otros países de Europa. Con el avance de la extrema
derecha en las elecciones europeas se observa que existe cierta base
social para ello. Además, de aprobarse el Anteproyecto, la legislación
del Estado español estará entre las tres más restrictivas de Europa
junto a Polonia e Irlanda, con problemas de salida de compatibilidad con
los estándares europeos en materia de derechos humanos delimitados por
el TEDH -Tribunal Europeo de Derechos Humanos (eldiario.es)
Es por eso que los movimientos feministas, de mujeres, sindicatos,
colectivos, etc., tenemos que salir a responder a un nivel superior. Las
conquistas obtenidas han sido producto de la movilización, de las
mujeres a las que encarcelaban por abortar. Superar las divisiones
territoriales y de todo tipo, es un gran reto para generar un gran
movimiento amplio y unitario en las calles.
La necesidad de un debate estratégico en el movimiento feminista
Desde la presentación de este anteproyecto de Ley un amplio movimiento
se ha expresado en las calles para rechazarlo. Esta lucha incansable por
la conquista de un derecho tan básico ha comenzado hace años, décadas,
sufriendo avances y retrocesos. El hecho de que hoy se intente prohibir
es fiel espejo de un retroceso del conjunto de la sociedad bajo un
capitalismo en crisis en el que reflotan los valores más retrógrados de
un patriarcado bañado de "agua bendita". Mientras, las mujeres nos
resistimos a volver a ser "ángeles del hogar" y "perfectas casadas" en
una carrera contra reloj para llegar a fin de mes, tener un trabajo
aunque precario y soportar los avatares de las "violencias
estructurales"; de las que el paternalista Ministro Gallardón nos quiso
proteger.
Una primera cuestión es que la prohibición del aborto
no afecta a todas las mujeres por igual. La mayoría de las mujeres, es
decir, las mujeres trabajadoras, inmigrantes, jóvenes, precarias y en
situación de pobreza, son especialmente perjudicadas. Es muy
recomendable un video
en el que las mujeres en huelga de Panrico hacen “escuela” sobre cómo
afecta la ley del aborto del PP a las mujeres trabajadoras. Entre otras
cosas dicen: “¿Si las ricas pueden abortar por qué las pobres no? Porque
nosotras no podremos viajar a Londres”. Es que hay mujeres y mujeres.
La hermana del rey Felipe VI seguro lo tendrá muy fácil a la hora de
abortar: cuenta con millones en los bolsillos por delito fiscal y
blanqueo de capitales. Sin embargo, que la prohibición del aborto no
condicione a todas las mujeres por igual, no significa que no tengamos
que defender este derecho para todas las mujeres que quieran interrumpir
su embarazo.
Sigamos aprendiendo de las trabajadoras de
Panrico: “Es inconcebible que nos prohíban abortar, cuando nos prohíben
trabajar si somos madres”. O cuando se preguntan: “¿Quién nos va a criar
a los hijos? Ellos? El gobierno?” En inevitable para las mujeres
trabajadoras, no relacionar los efectos de la crisis con la dificultad
de tener hijos; algo cuestionado por algunos colectivos feministas que
ven en esto un planteo muy "economicista". El gran dilema es que si no
vemos que este derecho prohibido es parte de nuestros derechos
recortados, nuestros análisis y perspectivas quedarán por la mitad. ¿Por
qué? Porque el aborto no lo prohíbe sólo Gallardón, sino todo un
sistema político, económico e ideológico sostenedor de un sistema lleno
de desigualdades para las mujeres, y que se reproduce gracias al fomento
de las mismas. Por ello se hace utópico pretender acabar con el
patriarcado, cuando éste está profundamente imbricado con el sistema de
(re) producción de la vida. No es la Ley de Gallardón, es la ley de los
jueces que protegen a los políticos corruptos, es la ley de la Iglesia y
el Vaticano. Es la ley de un sistema capitalista lleno de desigualdades
y múltiples opresiones. Entonces luchar por este derecho que parece tan
simple, es luchar contra todas estas instituciones. Es decir, es luchar
contra una alianza criminal: la del capitalismo y el patriarcado.
Las tertulianas de diferentes periódicos plantean que este retroceso
ocurre porque la Ley del Aborto no está elaborada por mujeres a nivel
gubernamental y que existe una mayoría de hombres en el Gobierno. Sin
embargo, por ejemplo en Argentina donde gobierna una mujer, el aborto no
sólo está prohibido sino que el debate está totalmente pospuesto. Y
entonces comienza otra reflexión: ¿Debemos esperar pasivamente que estos
gobiernos concedan nuestros derechos? Y en esto, las mujeres de Panrico
son contundentes: "Nadie debe decidir sobre nuestros cuerpos, ni un
hombre, ni una política." Es que está demostrado que ningún Gobierno de
este sistema nos va a regalar nada, sea dirigido por una mujer o por un
hombre. Que todo lo conquistado fue arrancado, e impuesto por la
movilización y la organización. Por ello es imperiosa la necesidad de
una movilización independiente del Estado, la Iglesia y los partidos de
los empresarios para conquistar nuestros derechos.
En el Estado
español, es importante romper con la fragmentación dentro del
movimiento feminista, tanto política como territorial, para dar una
respuesta unitaria a la reaccionaria Ley del PP y la CEE. Y aunque no
coincidamos política e ideológicamente con todas las personas,
organizaciones y colectivos en la misma estrategia de lucha, es
necesario unificarnos en un movimiento unitario en las calles para
defender el derecho de todas las mujeres a interrumpir su embarazo.
Cynthia Lub (@LubCynthia) es historiadora y activista del colectivo Pan y Rosas (http://mujerespanyrosas. wordpress.com)
Azpijoko ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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